Autos Clásicos: Historia del Toyota Sports 800

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Historia del Toyota Sports 800 (1965 - 1969)

Por Alejandro Franco – contáctenos

La Segunda Guerra Mundial había terminado y el mundo estaba en ruinas. Para los paises promotores de la contienda, el saldo era aún peor: naciones del primer mundo, otrora potencias industriales, hoy reducidas a cenizas. Para evitar el caos y fortalecer el orgullo nacional – y librarlo de la tentación de ideologías radicales (como había pasado en la Alemania de los años 20, y que culminaron con el auge del nazismo) – era necesario un proceso de reconstrucción rápido, robusto y duradero. Reindustrializar para no caer en la pobreza. Generar fuentes de trabajo para alimentar al pueblo y, de paso, dignificar a las sufridas masas que habían padecido la guerra. Es curioso que, en todo ese proceso, la popularización del automóvil fuese visto como una necesidad primordial. Digo: existían los medios públicos de transporte y era lógico que casi nadie tuviera el dinero suficiente para comprar un coche, pero muchos entendieron de que no habría reconstrucción posible sin un pueblo motorizado. Los fabricantes de autos crearon engendros endelebles pero baratos, mamotretos de chapa con motor de motocicleta que serían incapaces de digerir en cualquier otro escenario de estabilidad y paz, pero que en la postguerra se vendían como pan caliente. La gente quería volver a la normalidad, y si ahora el concepto de auto había mutado y era aplicable a un refrigerador con cuatro ruedas, entonces la gente quería, ansiaba, desesperaba por poseer ese refrigerador con cuatro ruedas.

Mientras que en Europa los “refrigeradores con cuatro ruedas” eran los Citroëns 2CV, Renaults 4CV, el venerable VW Escarabajo y cientos de ignotos microcars basados en mecánica de motocicletas, del otro lado del mundo decidieron hacer las cosas de otra manera. No fabricar cualquier cosa dotada de motor sino crear coches pequeños, eficientes, robustos y durables. Tomaron la situación, la vieron como una oportunidad y la convirtieron en una política de eficiencia permanente.

La standarización del concepto de coche compacto japonés proviene de una resolución emitida en 1955 por el poderoso Ministerio de Industria y Comercio Exterior (MITI) nipón. Allí se daban las especificaciones del “auto nacional y económico”, el cual debía poder llevar a cuatro personas, tener una velocidad respetable (100 km/h de máxima), un peso inferior a 400 kg, un consumo de 30 km por litro y, notablemente, una confiabilidad mecánica que implicara que el motor no precisara reparaciones de importancia antes de los 100.000 kilómetros. Los vehículos manufacturados bajo estas condiciones recibirían importantes beneficios impositivos.

Aún cuando se tratara de una medida temporal para poner a toda la población japonesa en cuatro ruedas durante el tiempo de la post guerra, las especificaciones terminarían haciendo carne en los fabricantes de automóviles y todos los compactos surgidos de las factorías niponas desde aquella época hasta hoy terminarían cumpliendo la mayoría de las especificaciones de rendimiento y calidad. Por supuesto el avance de la tecnología dió a luz motores pequeños mas potentes y rendidores, pero la especificación de economía, durabilidad, calidad de producto y tamaño sería respetada hasta el día de hoy para todos los compactos y kei cars (autos urbanos de pequeño porte) que produce la industria japonesa.

Entre las marcas que se prestaron para el proyecto se encontraba Toyota. La empresa había nacido en 1937, fundada por el hijo de un industrial dedicado a fabricar máquinas textiles. Decidido a diferenciarse de su padre y dejar su propia marca, Kiichiro Toyoda pronto se encontró fabricando coches de porte mediano, los cuales copiaban tanto el styling como la mecánica de similares del mercado norteamericano. El Toyota Modelo AA debutó en 1936 con modestos resultados. Sin embargo el empuje que la empresa precisaba lo obtendría con el auge de las campañas militares japonesas en el Pacífico y, especialmente, con la explosión de la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945), en donde Toyota se volvería un importante proveedor de camiones para el ejército imperial.

Toyopet SA

el Toyopet SA fue el primer coche diseñado por Toyota en la postguerra; al no aliarse con otros fabricantes de occidente (como hicieron otros pares nipones)en la postguerra, Toyota aplicó todo el know-how que había aprendido de sus viajes a Berlín en la pre-guerra, en donde sus ingenieros visitaron las instalaciones de Volkswagen, Porsche y Auto Union; es por ello que el Toyopet se ve como un Escarabajo japonés, aún cuando el motor fuera frontal

Pero la postguerra dejaría un país arrasado y una economía en aprietos. Para 1947 Toyota fabricaba un coche económico claramente inspirado en el Volkswagen Escarabajoel Toyopet SA – pero sus números de venta eran demasiado modestos y no alcanzaban para salvar a la empresa de la inminente quiebra. Y cuando todo parecía perdido, el destino les tendió una mano: el estallido de la Guerra de Corea (1950) provoca una demanda masiva de camiones militares por parte de Estados Unidos y sus aliados – quienes no pueden darse el lujo de perder el tiempo importándolos desde USA -, surgiendo Toyota como uno de los proveedores mas cercanos y confiables, capaces de atender semejante demanda en tiempo y forma. Toyota logra recuperarse económica y de ese modo llega a 1955, momento en el cual surge el decreto del MITI sobre el auto económico nacional.

El problema es que un auto barato no deja muchas ganancias y ni siquiera implica que sea un éxito asegurado. La respuesta al proyecto del MITI fue el Toyota Publica que apareció en los concesionarios en 1961. Fabricado hasta 1978, fue un modelo de auto pequeño, espartano y sólido que servía al propósito basico de transportar personas en un vehículo carente de lujos y con comodidades muy medidas. No había adornos ni calefacción, ni siquiera radio. Para separarlo del resto de sus productos Toyota creó una red de concesionarios exclusiva para el Publica. La respuesta fue tibia y, para incentivar la demanda, Toyota decidió crear variaciones sobre el Publica que fueran mas lujosas o, al menos, excitantes.

Toyota Publica

nunca fue un auto popular pero el Toyota Publica sentó las bases del Toyota Corolla, el modelo siguiente que crearía la marca y que sería un furor de ventas que dura hasta el día de hoy

Crear algo excitante con un auto chiquito e incómodo con motor de menos de un litro era realmente una tarea titánica. Mejoras en la estética y dinámica se harían a costa del espacio de pasajeros, y un motor chico implicaba un desempeño modesto. Entre todas las variante surgidas del Publica, la mas extraña y atractiva resultó ser el Sports 800, un deportivo de bolsillo que parecía una versión de juguete de un Porsche 911, y que fue lo suficientemente singular como para merecer un lugar en nuestro portal.

Deportivos de bolsillo

Una práctica común en la industria automotriz japonesa es que diseñadores e ingenieros de una empresa suelen terminar trabajando a préstamo en otra. Así es como desembarcó en Toyota Shozo Sato, un diseñador de Datsun (que había sido responsable del conocido Datsun 112) que sería el encargado de darle forma al Sports 800. El otro responsable sería Tatsuo Hasegawa, un ingeniero de Toyota con pasado en la industria de la aviación (y responsable de las primeras ediciones del Toyota Publica y Toyota Corolla), antecedente que le serviría para manejar materiales y aleaciones altamente livianos y darle al Sports 800 el perfil aerodinámico que precisaba.

Toyota Sports 800 Concept

cuando los ingenieros se salen de la vaina creando puertas revolucionarias, los resultados van de lo bizarro a lo impráctico; en el prototipo del Toyota Sports 800 el acceso al interior era mediante una cabina deslizable similar a la usada en los aviones caza, una idea que no cuajó en la versión final

Los primeros prototipos eran estéticamente revolucionarios pero limitadamente prácticos. Decididos a llamar la atención, la primera versión del Sports 800 tenía una cabina deslizable similar a los aviones caza, idea que pronto quedó descartada y fue trocada por un sistema mas tradicional de dos puertas. Lo que sí, el modelo final incorporaría un techo duro removible – una idea que Triumph había implementado en su roadster TR4 en 1961, y que Porsche popularizaría en 1966 con el 911 Targa -, algo inusual para la época. El techo podía ser almacenado fácilmente en el baúl cuando no se estaba usando.

Los números de producción fueron muy modestos – 3.131 unidades fabricadas entre 1965 y 1969 -, y se vendió de manera exclusiva en Japón. Era un auto limitado – un motor refrigerado por aire de 700 cc, que obtenía una perfomance mas deportiva al tener una carrocería liviana de aluminio lo que le permitía llegar a unos respetables 160 km/h -. Sin embargo el deportivo de bolsillo podía dar mas de una sorpresa: en la edición de las 24 Horas de Fuji de 1967 el Sports 800 se apropió de los tres primeros puestos, aplastando al mas poderoso y moderno Toyota 2000GTconsiderado el primer supercar de la historia de Japón -.

Hoy sobreviven unas pocas unidades de este singular deportivo (se estima que son alrededor de 300). El Sports 800 tiene el privilegio de haber sido el primer auto deportivo que construyó Toyota, pavimentando el camino para modelos mas grandes, modernos y excitantes que el gigante japonés construiría en años venideros, y demostrando de que las grandes ideas no necesariamente tienen que venir en frasco grande.

vista trasera del Toyota Sports 800

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